JORGE GARCÍA

Nací en la ciudad de Buenos Aires en 1957, cuando aún no era autónoma, en una clínica a 6 cuadras del Congreso Nacional. Allí viví la primera mitad de mi vida, en el barrio de Caballito, y como buen hijo del barrio, sufrido hincha de Ferro Carril Oeste. Mi padre, cuyo Braulio heredé, fue empleado público y mi madre, cuyo amor por los libros heredé, nos atendía en casa, a mí y a mis cuatro hermanos (hermanes, seria más políticamente correcto decir ahora) menores. Allí estudié en la famosa escuela nacional de comercio Nro. 3. Hipólito Vieytes, en la avenida Gaona, a 3 cuadras del Cid Campeador. Más adelante me recibí de Bioquímico en la UBA y allí mismo me doctoré. Siguiendo el mandato tácito de la época, me recibí, me casé y tuve hijos. En ese orden. Emigramos a Pergamino a principio de la década infame, a una casa en el barrio Obrero General San Martín. En el patio se decía, que podía haber estado un busto de Eva Perón, y un grupo encabezado ideológicamente por Rafael Restaino estuvo cavando infructuosamente en su búsqueda, destruyendo las plantas para horror de mi señora esposa ausente en la ocasión. (El busto había sido puesto a salvo tras el golpe del 55 pero escondido en otro lugar).
Desde el año 79 trabajo como docente, y desde el 95 trabajo en el Instituto Maiztegui.
Hace doce años que formo parte del taller literario Alejandra Pizarnik, que coordina Daniel Ruiz Rubini. La editorial Dunken nos seleccionó para el libro de los talleres del año 2013. Algunos de mis textos han sido publicados en antologías y en distintos medios gráficos y electrónicos. Algunos han merecido distinciones, lo que habla del dudoso sentido estético de algunos críticos. En el año 2014 y apoyado por el Fondo de Promoción Cultural de la ciudad de Pergamino publiqué “Acaso se ha escapado ya el presente”, un conjunto de poemas y relatos, ideal para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Ciudad de Pergamino, Buenos Aires, Argentina.