En «Cuentamusa» José Carbajal habla de su relación con Alfredo Zitarrosa. Que «hubo una época donde cada uno de nosotros profesaba su propia religión y andaba con sus propias sotanas…».
Así estábamos los que por aquellos años integrábamos la APDH (se podría decir la precursora de la Asociación por la Memoria y los DDHH).
Proveníamos de distintas agrupaciones políticas acompañando a los familiares que buscaban Verdad y Justicia.
De repente nos enteramos que venía a Pergamino Hebe, la trajo por aquellos tiempos un pibe joven que era periodista, Gustavo Pérez Ruíz.
La charla fue con una impresionante convocatoria en el Club Gimnasia, en una cancha de básquet al lado de la sede social.
Recordamos que las preguntas del público se hacían de modo de nota escrita y no faltó quién le preguntara, ocultándose en el anonimato «si ella sabía que habían hecho sus hijos». Ahí conocimos a la Hebe que estalla como tantas veces la vimos con el paso de los años.
Hebe siempre fue molesta. Siempre fue ella misma.
Como algunos teníamos las sotanas puestas de las que habla el «Sabalero», por momentos te enojabas y hasta desconfiabas de ella y sus posturas, y por otros momentos la admirabas como única.
Era su modo de interpelarnos las miradas de los tiempos que se vivían. Fue así hasta sus últimos días.
Dice Pablo Milanés (que se fue a cantarle a los pocos días) «Los días de gloria/cerraban esperas, abrían ventanas/donde iban entrando dolores de antaño hacia el porvenir». Así estábamos. Así seguimos.
Ningún Compañero, Compañera puede decir que siempre estuvo de acuerdo con Hebe. Eso hay que mirarlo también como una de sus virtudes.
Poco más se puede decir de Hebe; ya se dijo que fue un símbolo con repercusiones internacionales, que cuando nadie decía o hacía ella lo dijo y lo hizo, aún hasta sus días finales.
Si hay otro símbolo, es el de la madre que defiende con bravura a sus hijos; nos enseñó que los hijos de ella eran los Treinta mil con aquella frase que siempre repetía «Nuestros hijos nos parieron».
Tal vez esta canción de Pablo la defina mejor.
"El hombre sale en busca de lo que ha de proponer
Para mover su mundo, violentar su acontecer
Le dicen que imposible que eso no se puede hacer
Lograr la maravilla de vencer.
Se cargará de sueños, de quimeras y de fe
Evocará leyendas y aventuras, y en su amor
Encontrará los hombres que creyeron su pasión
Y juntos se les ve rumbo a la acción.
Modernos caballeros rompen lanzas por doquier
No avanza el que no tiene voluntad para crecer
Se queda en el camino el que nunca pudo ser.
Si el hombre se propone las estrellas conseguir
El pecho de su amada brillará en el porvenir
El hombre no se sienta a ver el fruto de su acción.
Mañana propondrá llegar al sol".
En otra visita a nuestra ciudad se le contó que se había plantado un árbol por los desaparecidos y asesinados y le gustó la idea, nos dijo que era el mejor modo de «volverlos a pasar por el corazón».
Si pasas por el Árbol de la Memoria y ves una flor al pie del pino que recuerda a los Compañeros y Compañeras es porque alguien la homenajeó silenciosamente.
Después a seguir luchando, sin sotanas, ni prejuicios, como ella quiere.
Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos de Pergamino
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